LA IGLESIA Y LA CRISIS MORAL DEL SIGLO XXI
La iglesia cristiana se desarrolla en una sociedad consumista, y egoísta donde la única persona que importa es uno mismo, esto ha hecho que se vea deteriorado el modelo bíblico de la iglesia, pues la mayoría de las iglesias de una u otra manera no han respetado el modelo eclesiástico neotestamentario, lo que ha incidido en la aparición o creación de nuevas doctrinas, nuevas corrientes muy diferentes ente ellas pero sobre todo diferentes a la iglesia primitiva.
La gran mayoría, por no decir toda la iglesia desconoce la historia de la iglesia a lo largo de la historia, y menos aún la historia desde la reforma hasta nuestros días, lo que ha provocado una falta de conciencia respecto a los diferentes aspectos y procesos por los que tuvo que pasar la iglesia hasta llegar a conformarse tal cual la conocemos hoy en día.
La iglesia a partir de la reforma iniciada en el siglo XVI, hasta nuestros días no ha tenido cambios significativos, sino mas bien que se ha estancado, incluso hasta convertirse en un simple ritualismo lleno de misticismo; y he llegado a ser un mero club social donde lo único importante es guardar las relaciones con los demás hermanos, despreocupándose por completo del verdadero sentido del cristianismo, y de la santidad que debe guardar cada uno de los cristianos que forman las congregaciones.
Las iglesias se han preocupado del éxito, reconocimiento, crecimiento físico pero todo esto lleva a distorsionar la Verdad y a manipular a las personas, lo cual deja por debajo la meta principal de la reforma protestante; es importante señalar que la iglesia merece y necesita regresar al patrón neotestamentario con la pureza de su doctrina y de sus prácticas, deshaciendo nombres y credos denominacionales y usar solamente el nombre “cristiano”, siendo miembros de la iglesia del Señor solamente.
Todo esto ha provocado que la sociedad genere cierto rechazo a cualquier grupo religioso, incluso muchas personas han llegado a renegar de Dios y su existencia, lo cual ha provocado que esta sociedad pierda por completo la cordura moral, olvidando las bases del respeto, la confianza pero por sobre todo el mandamiento de Cristo que nos amemos los unos a los otros (Jn 13:34), como consecuencia de esto el ser humano ha perdido la conceptualización de los valores y su implicación para el desarrollo moral y ético de la sociedad, como consecuencia de esto se han desarrollado muchos trabas que se han denominado problemas sociales que no son más que las consecuencias de todas estas prácticas.
La única manera de afrontar esta crisis, aunque suene demasiado religioso, es simplemente regresar al patrón bíblico no solo para la iglesia sino también para nuestras vidas, debemos saber que Dios es el único que tiene el poder y el derecho para hacer con nuestras vidas su voluntad, además que Él quien puede ayudarnos a afrontar esta crisis y nos proveerá los mecanismos necesarios para poder salir adelante y protagonizar una completa transformación de esta sociedad. Por lo tanto queda solo en nosotros la decisión de seguir el patrón que Dios planificó desde el principio del mundo o tomar el camino que al hombre le parece correcto pero que le lleva a la perdición.
JoNa Castro
D.T.B.S.
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