LA HOMOSEXUALIDAD Y LA BIBLIA
Hay varias teorías y posturas referentes a las causas de la homosexualidad, entre ellas que la homosexualidad se da por criarse con un solo padre, comportamientos homosexuales durante la adolescencia, o por una mayor influencia en las relaciones entre padre e hijo o entre madre e hija; a pesar de todo esto recientes investigaciones han determinado que el cerebro de los homosexuales posee una alteración química y genética, sin embargo esto no revela nada sobre las causas de la homosexualidad pues es simplemente una evidencia que permite reconocerla existencia del homosexualismo en la estructura cerebral de aquellos que lo practican.
En base a varios testimonios y artículos relacionados con el tema muchos empiezan a caracterizarse como homosexuales en la adolescencia, la gran mayoría de estos jóvenes empiezan por curiosidad a realizar prácticas homosexuales, sin darse cuenta cuando se han convertido en homosexuales reconocidos por la sociedad, otros simplemente viven una doble vida, atemorizados por ser descubiertos.
Sin embargo la Biblia nos muestra la causa de la homosexualidad, “En vez de adorar al Dios verdadero, adoran a dioses falsos; adoran las cosas que Dios ha creado, en vez de adorar al Dios que las creó y que merece ser adorado por siempre. Amén.
Por esa razón, Dios ha dejado que esa gente haga todo lo malo que quiera. Por ejemplo, entre ellos hay mujeres que no quieren tener relaciones sexuales con los hombres, sino con otras mujeres. Y también hay hombres que se comportan de la misma manera, pues no volvieron a tener relaciones sexuales con sus mujeres, sino que se dejaron dominar por sus deseos de tener relaciones con otros hombres. De este modo, hicieron cosas vergonzosas los unos con los otros, y ahora sufren en carne propia el castigo que se buscaron…. No quieren entender la verdad, ni se puede confiar en ellos. No aman a nadie ni se compadecen de nadie.” (Rom 1:25-27, 31 TLA) El ser humano se ha dejado llevar por sus razonamientos, sin glorificar a Dios, sin darle gracias pero envaneciéndose en la mala forma en la que actúa; el ser humano ha degradado la verdad.
La Biblia nos enseña que Dios ha dejado que esa gente haga todo lo malo que quiera, significando que es una actividad propia, una decisión personal para adoptar posiciones degradantes a lo que Dios constituyó en un principio “…el HOMBRE deja a su padre y a su madre, y se une a su MUJER para formar un solo cuerpo. (Gén 2:24 TLA).
Entonces el ser homosexual es una conducta equivocada, en otras palabras, es algo que se aprende por imitación primeramente y luego por la práctica; estas conductas son escogidas por las personas que se sienten atraídas al homosexualismo, por lo tanto cada uno es responsable de lo que hace y consecuentemente Dios ha condenado este tipo de prácticas y comportamientos.
Pero a pesar de que para la sociedad sea un mal y que los homosexuales sean despreciados debemos saber que para Dios todos los pecados son iguales y que ofrece la misma oportunidad a todos para ser salvos y transformar nuestras vidas. 1 Timoteo 1:8-11 nos dice: “Todos sabemos que la ley es buena, siempre y cuando se use correctamente. También sabemos que las leyes no se dan para los que hacen lo bueno, sino para los que hacen lo malo… Son para los que tienen relaciones sexuales prohibidas y para los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres…. En fin, las leyes son para corregir a los que no están de acuerdo con la correcta enseñanza del maravilloso mensaje que nuestro Dios bendito me ha encargado enseñar.” También nos revela en 1Corintios 6:9-11: “No se dejen engañar. Ustedes bien saben que los que hacen lo malo no participarán en el reino de Dios. Me refiero a los que tienen relaciones sexuales prohibidas, a los que adoran a los ídolos, a los que son infieles en el matrimonio, a los afeminados, a los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres... Ninguno de ellos participará del reino de Dios. Y algunos de ustedes eran así. Pero Dios les perdonó esos pecados, los limpió y los hizo parte de su pueblo. Todo esto fue posible por el poder del Señor Jesucristo y del Espíritu de nuestro Dios.”
JoNa Castro
D.T.B.S.
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