REFLEXIONES SOBRE DIÁLOGO
ENTRE LA RAZÓN Y LA FE JOSEPH RATZINGER, PAPA BENEDICTO XVI
PARTE I
Joseph Ratzinger plantea algunos
desafíos que pueden ser considerados como estrategias de mejoramiento para el
cristianismo, es así que, entre los principales desafíos están:
1.- Qué es el bien y por qué hay
que hacer el bien. Estas son dos preguntas claves para el desarrollo de la
humanidad, tanto para el cristianismo como para el mundo secular, ya que el
bien es el tesoro más buscado junto con la felicidad. Comprender que implica el
bien y cuál es su alcance permitirá tener una visión amplia de los objetivos
que persigue la humanidad. El bien como objetivo no se debe obtener bajo la
frase el fin justifica los medios, debido a que la manera de conseguir el bien
no es en todos los casos apropiada. Dentro del ámbito cristiano (incluso para
cualquier religión), el bien se identifica como el bienestar dentro de la relación
entre Dios y el hombre, y la capacidad de poder ayudar a los de más abajo,
aplicando los preceptos doctrinales que practica; pero esto dentro del
cristianismo, y teniendo en cuenta la cantidad inmensa de denominaciones se ha
convertido en una lucha de poderes ideológicos que en lugar de buscar el bien
por convicción, buscan ganar más adeptos para así buscar su propio bienestar.
2.- Superar la barrera de la
desconfianza del Derecho y sus ordenamientos ha sido uno de los más grandes
inconvenientes para el cristianismo, ya que a pesar de que un mandamiento dado
es respetar las autoridades que han sido impuestas por Dios (Rom 13:1) y sus
normas representadas por leyes, seguimos en el mal hábito de creer que las
leyes son para aquellos que tienen poder económico y un status social elevado,
seguimos creyendo en la falta de
imparcialidad en las leyes y su aplicabilidad como herramienta de justicia.
Creemos que la injusticia que vivimos a diario es producto de las leyes, pero
no nos percatamos que nuestra ineficacia y la falta de empeño es la más grande
causa.
3.- Otra de las dificultades por
las que atraviesa la iglesia es que esta utiliza la religión como herramienta
de poder, es así que a lo largo de la historia se han dado innumerables casos
donde los líderes religiosos abusan de su poder ya sea en el campo económico,
intelectual, sexual y sicológico, donde el único objetivo de estos falsos
líderes es su bienestar y satisfacción de sus deseos carnales. La religión ha
mermado en la historia de la humanidad escribiendo páginas sobre sus
manifestaciones que fuera de ser cultos verdaderos han sido cuna de los más
grandes crímenes, solo basta recordar la Edad Media donde ir en contra de la
iglesia católica era un verdadero crimen; en América la colonización española
constituyó un verdadero holocausto al tratar de imponer el cristianismo a los
aborígenes. Ya en el siglo XXI el panorama no ha cambiado siguen utilizando la
religión acompañada por el miedo a fin de llenar sus arcas imponiendo una
verdadera dictadura religiosa, mostrándose como los lobos vestidos de ovejas (Mt
7:15)
4.- La diversidad cultural dentro
del cristianismo, es pues, uno de los desafíos más importantes con el cual debe
luchar la iglesia. Es precisamente dentro de las iglesias donde se da esta problemática
pues no se acepta a personas de trasfondos culturales diferentes dentro de una
congregación, viviendo así un racismo cultural. De la misma manera en muchas de
las iglesias cristianas se ha llegado a tener fóvea en contra de los
inconversos, creando escuelas, colegios y actividades a fin de que sus miembros
no tengan "contacto con el mundo”. El cristianismo latinoamericano es un
reflejo de Norteamérica y Europa, y quien no se ajuste a estos patrones de
comportamiento no puede permanecer en dichas iglesias. Por lo tanto la iglesia
latinoamericana necesita comprender que la cultura mestiza es una mezcla de
etnias y tradiciones, que en muchos casos se han llegado a fusionar con la
doctrina apostólica formando así una nueva iglesia que se adapta a nuestra
cultura, y es por este motivo que deben existir programas enfocados en la
diversidad cultural.
5.-Uno de los más grandes
problemas y desafíos por los que debe atravesar la iglesia es el fanatismo
religioso que a pesar de no tener en cuenta como una verdadera problemática
está presente en cada una de las iglesias de uno u otro modo. Estas personas
llegan a pensar que todo lo malo es obra de Satanás, llegando así a provocar un
verdadero desprecio por la ciencia, en esta línea llegan a poner restricciones respecto
a que pensar o la manera de actuar o incluso la forma de vestirse llegando así
a provocar que la libertad personal sea restringida.
Siguiendo con la reflexión de
Ratzinger, si bien es cierto que en Europa se habla de un postcristianismo,
sabemos también que en América Latina vivimos una fuerte expansión del mismo, a
tal punto que muchos proponen un evangelio liberador socialmente hablando, cuyo
discurso se fundamenta en las propuestas neomarxistas europeas, inspiradas en
la Ilustración. Es decir, la correlativa entre fe cristiana y la racionalidad
secular occidental son visibles en nuestro contexto, aunque al parecer no de
manera consciente desde la cosmovisión filosófica como lo hace el Papa
Benedicto, y por otro lado persiste una espiritualidad que intenta alienarse
del mundo. Aunque esta correlación es una vía para seguir construyendo nuestras
agendas cristianas en el mundo contemporáneo.
En Europa a partir de los años
setenta y ochenta se vive la expansión del postcristianismo, donde las personas
no cristianas convivían con aquellas que eran cristianas sin que ninguno de los
dos grupos influencie directa o indirectamente a los otros, es así como el
cristianismo se fue eclipsando, tanto que para la actualidad el cristianismo
representa entre el 10% y 19% de la población actual europea, lo que nos
demuestra que no ha sido efectiva la evangelización llevada a cabo en el viejo
continente.
La mayoría de organizaciones
cristianas tratan, de manera intencional o sin intención, adaptarse al mundo actual,
y adoptan muchas de las prácticas seculares para ser práctica de su expresión
de fe, adaptándolas a su contexto, siendo esto parte de un ecumenismo moderno
que en numerosos casos ha tergiversado la doctrina entregada a los apóstoles, según
Cardenal Kurt Koch “Benedicto XVI ve al ecumenismo en la
actualidad, amenazado por dos frentes: por un lado, un «confesionalismo de la
división», que se asienta en lo que se tiene de específico, ahí donde la
especificidad se contrapone a la de los demás; y por otro lado, una «indiferencia sobre cuestiones de fe»,
que considera la búsqueda de la verdad como un obstáculo para la unidad.”
Esta indiferencia por cuestiones de fe es precisamente lo que ha hecho que
innúmeras iglesias hayan cerrado sus puertas por el simple hecho de alienarse
al mundo adoptando prácticas que no corresponden a las del cristianismo
primitivo.
Cabe rescatar una conversación
entre el Cardenal Kasper y el Papa Ratzinger luego de haber sido de la
publicación de la Declaración Dominus Iesus, documento que ocasionó la renuncia
de Kasper.
-Pero la pregunta permanece: si la
salvación - con tal que, como usted dijo, se viva escuchando la propia
conciencia – se puede obtener mediante todos los caminos, ¿no pierde la misión,
entonces, urgencia teológica? De hecho, la tesis de la “conexión íntima y
objetiva” de los caminos de salvación no católicos con Cristo, ¿qué otra cosa
significa si no que Cristo mismo hace superflua la distinción entre verdad de
salvación “plena” y “deficitaria” desde el momento en que Él, si está presente
como instrumento de salvación, lo está siempre y lógicamente de modo pleno?
-Yo no dije que la salvación se
pueda obtener mediante todos los caminos. El camino de la conciencia, el tener
la mirada fija en la verdad y el bien objetivo, es un camino único, aún si
admite muchas formas a causa del gran número de personas y de situaciones. Sin
embargo, el bien es uno y la verdad no se contradice. El hecho de que el hombre
no alcance el uno o la otra no relativiza la exigencia de verdad y de bien. Por
eso, no es suficiente persistir en la religión heredada sino que es necesario
permanecer atentos al verdadero bien y, de este modo, ser capaces también de
superar los confines de la propia religión. Esto tiene sentido sólo si existen realmente
la verdad y el bien. No se podría estar en el camino de Cristo si Él no
existiese. Vivir con los ojos del corazón abiertos, purificarse interiormente,
buscar la luz, son condiciones indispensables para la salvación del hombre.
Anunciar la verdad, es decir, dejar resplandecer la luz (“no bajo el celemín
sino sobre el candelero”) es absolutamente necesario.
Según Ratzinger no es sólo
cuestión de permanecer en la religión heredada sino que es necesario tener en
cuenta el verdadero bien, esto es la esencia del cristianismo en su manifestación
primitiva que es aquella que debe predominar ante el sectarismo y
denominacinalismo.
Jonathan Castro Terán
0999069996
D.T.B.
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