INTRODUCCIÓN
En tiempos de Noé, fue fácil que exista un
desorden en la organización de la sociedad, ya que al no haber un gobierno
constituido, los hombres hacían lo que les parecía bien ente sus propios ojos,
sin importar agradar con su vida a Dios, producto de esto es la destrucción y
la miseria de la que nos habla Génesis 6.
Es por esto que Dios reacciona contra los seres
humanos, y decide establecer una separación (muerte). Sin embargo en este
contexto Dios reconoce que Noé, junto con su familia, son personas justas y
permite que ellas sean salvas de la destrucción. Para Dios Noé fue la esperanza
a través de la cual la Tierra recibiría el alivio y la paz que había prácticamente
desaparecido. Noé dentro de esta sociedad establece un contraste respecto de la
corrupción y la violencia que existía en aquel tiempo, pues Noé perfilaba una
vida regida por la obediencia incondicional a los mandamientos de Dios, pero
sobre todo el anhelo de agradar a Dios, convirtiéndose así en el verdadero
ejemplo de fe, paciencia y lealtad a Dios.
Pero por otro lado, Noé fue víctima de aquella
violencia por la que se lamentó Dios (Gén 6:6), los hombres lo odiaron y
persiguieron a Noé porque con su estilo de vida de obediencia permanente a
Dios, había condenado al mundo. Para esta época toda clase de pecados eran
comunes para los hombres, es así que la adoración a Dios se vio opacada y
alterada. El pecado cubrió la Tierra y esto produjo violencia, volviéndose
general, por lo cual Dios tomó la decisión del diluvio.
VIOLENCIA Y PODER DENTRO DE LA IGLESIA
La violencia es la Acción de
utilizar la fuerza y la intimidación para conseguir algo (Online
Language Dictionaries, 2012) . Al tomar en cuenta esta definición, podemos
ahora sí identificar fácilmente esta problemática dentro de la Iglesia. La
violencia ha sido practicada tanto dentro de la Iglesia y también hacia fuera
de ella con la sociedad secular,
gobiernos e incluso, la violencia se ha manifestado entre distintas
denominaciones, expresada en conflictos entre exegetas, teólogos, funcionarios,
maestros, predicadores.
Al ver que el cristianismo en su primera etapa
fue una manifestación social y religiosa muy aceptada, el gobierno Romano
decidió instaurarlo como la religión oficial, es donde empieza y toma fuerza,
la imposición del cristianismo; esta práctica de convertir a comunidades
enteras al cristianismo se ha expandido por el mundo entero y en la actualidad
tiene un sinfín de expresiones. Con todas las denominaciones existentes, entre
ellas tratan de medir fuerzas, tratan de establecer gobierno una sobre la otra
convirtiéndose la evangelización en una pugna de poderes. Para ganar en esta
batalla muchos líderes religiosos se han valido de varios pasajes bíblicos,
que, a través de una mala interpretación han llegado a “justificar
bíblicamente” el abuso, pasajes como por ejemplo: Proverbios 13:24; Lucas
17:1-4; 1 Corintios 7:10-11, Efesios 5:21, y otras más.
Y no sólo eso, estos versos han sido utilizados
dentro de las mismas iglesias para poder obtener una sumisión total de los
miembros, pues son amenazados, con una mala ayuda de referencias bíblicas, y
los líderes de ciertas denominaciones consiguen lo que a ellos les plazca por
medio de la fuerza y la intimidación. La sed de poder es tal que olvidan las
palabras de Jesús en Mateo 20:24-28, y como es normal se dejan llevar por la
conservación de la identidad y además por la renovación, el dinamismo y la
creatividad; el resultado de la pugna entre estas dos posiciones provocará
imposiciones, y obligará a cualquier persona miembro de la iglesia a vivir de
acuerdo a cualquiera de las dos tendencias.
VIOLENCIA DESDE LA IGLESIA
La persona u organización, en este caso la
iglesia; tiene la capacidad de definir una situación, y además de imponerla
dentro de un grupo establecido dicha situación. La base de esta imposición
–manifestación de violencia- es la relación existente entre la comunidad y la
iglesia, donde esta última es quien manda –ayudada por llevar y promulgar el
nombre de Dios- y la sociedad secular e incluso eclesial (los asistentes a las
iglesias) que son los que obedecen. Este tipo de poder no es económico, sino
mas bien en muchas de las ocasiones existe un poder ideológico, religioso e
incluso económico.
¿QUÉ HACER?
Es la obligación de la iglesia predicar el
evangelio a toda criatura (Mar: 16-15), pero no por la imposición de ideas o de
prácticas religiosas, pues a donde llegaremos es a una versión mejorada y más
tecnológica de una nueva Guerra Santa. La mejor manera de predicar el evangelio
es al igual que Noé. Génesis 6:9 TLA nos dice que Noé siempre
obedeció a Dios. Entre la gente de su tiempo no había nadie más bueno ni
honrado que él. Es por su
vida que Dios permitió que él fuera el padre de una nueva generación, es por
eso que nuestra vida, el ejemplo que nosotros demos, as allá de que nos
comportemos como iglesia, es el hecho de que nuestra vida refleje el carácter
de Cristo. Recordemos, que nosotros somos quizás la única Biblia que muchos van
a leer en su vida, ¿qué están leyendo en nuestra vida?
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