ESCUCHANDO CON LAS MANOS Y MIRANDO CON EL CORAZÓN
Nosotros estamos acostumbrados a creer en todo aquello que percibimos con nuestros sentidos; y rechazamos lo que no nos es posible receptar sensorialmente.
Es por esto que muchos de nosotros “creemos con la boca” en Dios, pero no creemos con el corazón. Y muchas de las veces no vemos con el corazón lo que Dios tiene preparado para cada uno de nosotros.
Pero para esto primero debemos buscarlo de todo corazón, porque Dios mismo nos dice “Cuando ustedes me busquen, me encontrarán, siempre y cuando me busquen de todo corazón.” (Jer 29:13 TLA). Y necesitamos estar dispuestos a ver a Dios, el Invisible.
Parece chistoso decir que debemos ver a Dios. ¿Cómo podemos ver a alguien que sea invisible?, es ilógico pensar en esto y parece hasta un poco loco pensar que se puede lograr.
Pero de eso se trata la vida de FE del hijo de Dios, la vida cristiana es una vida de fe, esa fe que nos lleva a creer lo increíble, esa fe que nos lleva a confiar ciegamente en nuestro Dios, esa fe que nos lleva a conquistar las montañas mas altar y rocas que nuestra vista humana puede ver, pero que con la vista de fe parece una simple colina.
Todos nosotros estamos pasando o hemos pasado por momentos difíciles, y déjame decirte que sé que lo que estás viviendo en este momento es muy difícil, sé que no deseas que nadie pase por lo que tu estas pasando, pero déjame decirte también que ya muchas personas pasaron por eso y salieron adelante, también no serás la última persona que pasara por ese problema, habrán millones más que tendrán que pasar por eso mismo, pero que lindo saber que tanto para ellos como para ti hay un Dios que TE PROTEGE y QUE ESTA CONTIGO A DONDE QUIERA QUE VAYAS.
Y es que lo único que se necesita es VER AL INVISIBLE, si a Dios, ese Dios que actúa sin que lo veamos, ese Dios que trabaja mientras nosotros creemos que se ha olvidado, ese Dios que siempre llega a tiempo en su perfecto tiempo, ese Dios que sabe lo que es mejor para nuestra vida, ese Dios que le gusta capacitarnos en situaciones de la vida por las cuales moldea nuestro carácter, si ese mismo Dios que un día recibió nuestra vida y nos otorgo perdón, ese mismo Dios que un día te prometió que jamás te dejaría, que siempre estaría contigo y que nada ni nadie te iba a arrebatar de sus manos porque te ama con amor eterno.
Ese mismo Dios es el Invisible que quiere que lo veas, no con los ojos humanos, sino mas bien con los ojos espirituales de FE, esa FE sin la cual es imposible agradarlo, pero con la cual podemos decirle a la montaña: ¡muévete!.
¿Qué es lo que estás viendo?, ¿Los problemas?, ¿Lo difícil de la situación?, ¿Tu poca capacidad para enfrentarlas?, ¿Qué estás viendo?, ya no sigas mas, deja de ver con tus ojos humanos, ponte las gafas espirituales y mira al INVISIBLE.
Ya no veas más lo difícil, ve al Dios de lo difícil, ya no veas más los problemas, ve al Dios de las soluciones.
Seguramente estas cansando, tu vista no hace más que ver todo lo negativo, pero no te culpo, todos nosotros como humanos somos sensibles a ver lo malo antes que lo bueno, pero en esta hora Dios te dice y me dice: MIRAME.
Y es que cuando vemos al INVISIBLE el panorama cambia, las tormentas cesan, la oscuridad se va y la claridad llena el cielo, el arco iris sale y desprende colores de alegría y de señal de que Dios siempre ha estado con nosotros.
Es hora de caminar por FE, de ver las cosas que no son como que si fueran, de ver las cosas desde la perspectiva espiritual mas allá de la terrenal, es hora de hacer lo que hizo Moisés y por lo cual hoy por hoy es uno de los caudillos utilizados tremendamente por Dios, es hora de: VER AL INVISIBLE
JOna Castro Terán
D.T.B.
Comentarios
Publicar un comentario