La
evangelización no es el acto de llenar la iglesia con personas, basados en
ningún sistema propio de alguna iglesia o de sus ministros, es decir de la
predicación. Mas bien la evangelización es el anuncio del evangelio (buenas
noticias) de Cristo a otras personas, pero esto no quiere decir que sea
únicamente predicación sino también actuación es decir mostrar a las personas
con nuestras actitudes y vidas el evangelio de Jesús.
Por
otro lado la evangelización no es un suceso que se da de forma individual, sino
que se trata de un hecho social que abarca a una multitud de personas las
cuales nos rodean y pueden ser receptoras del evangelio. Las iglesias en la
actualidad han trasformado la figura y la presencia de Cristo lo que ha
provocado una oscurecimiento del verdadero evangelio.
Ahora
bien, evangelizar es presentar a Cristo como Salvador a fin de que las personas
entren en razón de que Él es la única persona que puede cambiar las vidas y
quien se merece nuestro servicio y comunión dentro de la iglesia. Así mismo la
evangelización a más de ser la proclamación de las buenas nuevas de Jesús, se
centra en Dios Padre y depende por completo de la obra del Espíritu Santo y por
ese acto Dios agrega a su iglesia los que han de ser salvos (Hechos 2:47), pero
no todo depende de nosotros quienes proclamamos el evangelio, sino que exige
una decisión por parte del receptor, decisión para entablar una relación de
compromiso y obediencia hacia Dios.
Sólo
cabe hacernos la pregunta ¿por qué no evangelizamos?, y esta tiene una
respuesta simple. Nosotros no evangelizamos porque no tenemos en cuenta cuál
fue el mandamiento de Cristo y cómo era la evangelización de la iglesia del
primer siglo. Si bien es cierto no todos somos llamados a predicar o ministrar
desde un púlpito, pero sí somos llamados a evangelizar, a proclamar la buenas
nuevas (Mateo 28:19-20). Además muchos de los que estamos tratando de
evangelizar no somos efectivos porque nuestra fe no es verdadera o si lo es no
está bien cimentada en Cristo y no están seguros de su situación de fe. La mayor
de las veces vivimos separados de Jesús, a pesar de proclamar de labios para
fuera nuestra sumisión y compromiso hacia Él, todo esto producto del miedo y
porque el ir en contra de las tradiciones del mundo lleva un precio muy caro y
el que no estamos dispuestos a pagar.
Pero
la evangelización es una muestra del amor de Dios , es un mandamiento de
Cristo, además de ser una responsabilidad de la iglesia ya que es señal del
verdadero cristiano y como tales es necesario mostrar el amor que nos brinda
Dios al resto de la humanidad y esto se logra por medio de la evangelización y por
la necesidad de la gente que no tiene a Jesucristo.
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