“LA CENA DEL SEÑOR COMO FUNDAMENTO DEL CULTO DE LA IGLESIA PRIMITIVA”.
"Ellos estaban dedicados a aprender lo que los apóstoles enseñaban. Compartían lo que tenían, participaban de la Cena del Señor y oraban juntos." Hechos 2:42 PDT
En el templo se celebraba un culto diario, consistente en dos sacrificios de animales, el de la mañana y el de la tarde. El emperador romano mandó además que se sacrificaran otros dos animales, uno por él y otro por el imperio. El israelita que quería ofrecer un sacrificio empezaba comprando, en la entrada del templo, el animal o los animales que deseaba ofrecer, así como la harina y el aceite necesarios para las ofrendas. Inmediatamente entraba en el segundo espacio y pasaba al patio de Israel. Se presentaba a un sacerdote, reconocible por su traje de lino blanco. Éste le llevaba a través del patio de los sacerdotes que se podía atravesar en estas circunstancias, hasta el pie del altar. En el Antiguo Testamento era el propio oferente el que degollaba personalmente a la víctima, pero, parece ser que en el siglo I esta función correspondía al sacerdote, excepto en el rito del cordero pascual, inmolado por el cabeza de familia. Luego el animal era despojado de su piel, despedazado y utilizado cada uno de los trozos según las prescripciones de la ley. Estos ritos van acompañados de plegarias y bendiciones, que no conocemos. Una mujer o una persona incircuncisa podían también ofrecer sacrificios, pero les estaba prohibida la entrada en lo más íntimo del templo, por lo que no podían acompañar y ayudar al sacerdote.
Pero los momentos de esplendor del culto eran las grandes fiestas religiosas judías, especialmente Pascua, Pentecostés y los Tabernáculos, a las que todos los judíos a partir de los trece años tenían que acudir en peregrinación.
Empezando con Juan el Bautista empieza la época del judaísmo anti-templo (no estaba de acuerdo con el sacerdocio del templo); en lugar de los sacrificios oficiados en el templo para el perdón de los pecados Juan el Bautista ofrece su bautismo quitando poder y autoridad a los sacerdotes y al templo; Juan el Bautista se convertiría en el precursor de lo que Jesús iba a completar.
Cristo (Dios) crucificado y resucitado es la base del culto cristiano y del cristianismo en sí, siendo el mensaje central del evangelio (1Corintios 15:3-5); por lo tanto la Cena del Señor (Mesa del Señor, Comunión, Partimiento del Pan) se debe convertir en el punto principal de nuestra adoración pues somos partícipes de la victoria de Dios sobre la cruz. Los primeros discípulos nunca consideraron la celebración de la cena del Señor como una repetición del sacrificio de Cristo. Ellos creyeron que Cristo ofreció, en contraste a los sacrificios diarios de los judíos bajo la ley de Moisés, una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, y que con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Así es que la cena del Señor no constituye una recapitulación de la muerte de Cristo cada semana, sino una conmemoración de la muerte única de Cristo. Pablo mandó a los cristianos de Corinto que comieran el pan (no la carne) y bebieran el fruto de la vid (no la sangre), y que discernieran o meditaran seriamente acerca del cuerpo y la sangre de Cristo mientras estaban participando del acto; además Pablo enseñó que habían varios propósitos para la Cena (1 Cor. 11:23-29):
1. Es para que sirva como un memorial – “haced esto en memoria de mí” (v.24).
2. Es para suministrar un anunciamiento de la muerte del Señor (v.26).
3. Es para suministrar un elemento predictivo – a ser celebrado hasta el retorno del Señor (v.26).
4. Es para que sea una comunión (participación) con otros cristianos y Cristo (1 Cor. 10:16).
Hubo abuso de la Cena del Señor en la iglesia en Corinto. Los corintios la estaban convirtiendo en una comida común y corriente (1 Cor. 11:20-22). Por eso Pablo se avergonzó por la conducta de ellos, debido a que los corintios tenían casas en las cuales comer y beber. Las comidas comunes no debían ser comidas al momento de la Cena del Señor. Siguiendo este ejemplo los cristianos debemos tener en cuenta que El Partimiento del Pan es un momento de auto-examinación (1 Cor. 11:28); además debemos participar de una manera digna (1 Cor. 11:27-30).
El poder de la Cena del Señor no reside en la magia que puedan tener los elementos que se usen, sino en el evento que se conmemora. La Cena es uno de dos símbolos cristianos que dirigen nuestra atención a la cruz de Cristo.
Sin embargo entre todas las iglesias del primer siglo existía el mismo patrón cultual, basado en las enseñanzas de los apóstoles o en la “doctrina de los apóstoles” (Hch 2:42 RV1960); en las iglesias neotestamentarias podemos ver los siguientes aspectos comunes dentro de su culto:
· LA ORACIÓN.- La oración ferviente siempre caracterizaba a la iglesia primitiva.
· LA OFRENDA.- Los primeros cristianos ofrendaron liberalmente de sus bienes. La iglesia en Jerusalén era tan liberal que muchos fueron más allá del diezmo que la religión judía había requerido, dando todo lo que tenían a la iglesia para satisfacer una emergencia.
· LA PREDICACIÓN Y ENSEÑANZA.- El propósito de la predicación era –y es todavía- dar instrucción espiritual a la gente a fin de que fueran salvos. La predicación y enseñanza pública había de ser realizada por los hombres y no por las mujeres.
En Juan capítulo 17, Jesús ora por sus discípulos, ora por la unidad de los creyentes, ora para que la Iglesia sea una sola tanto en sus enseñanzas como en su culto, en la verdadera adoración. Y la única manera de llegar a la unidad es simplemente manteniendo el patrón neotestamentario, y es nuestro deber estudiar este patrón bíblico para llegar a ser una sola iglesia tal y como dice la Biblia:
Hagan todo lo posible por vivir en paz, para que no pierdan la unidad que el Espíritu les dio. Sólo hay una iglesia, sólo hay un Espíritu, y Dios los llamó a una sola esperanza de salvación.
(Efe 4:3-4 TLA)
FUENTES DE CONSULTA:
· BASES BÍBLICAS Y TEOLÓGICAS DE LA LITURGIA - Mtr. Yattenciy Bonilla
· LA IGLESIA PRIMITIVA - Ferrell Jenkins
· EN MEMORIA DE MÍ (Estudios sobre la adoración – La Cena del Señor) – James L. May
· SERIE ESTUDIOS “QUÉ DICE LA BIBLIA” - Lección 8 “La unidad de la Iglesia” - Iglesia de Cristo
JOna Castro
Comentarios
Publicar un comentario